miércoles, 4 de febrero de 2009

La Vida... Real

A veces pienso en que parte del camino deje el cinturón de piedras, y pienso en ir a recogerlo.
La vida suele ser un camino, distinto para cada quien, y corto para todos.

Quisiera saber el insulto mas adecuado para la vida, el que no la ofenda, pero le diga de mi parte todo lo que pienso. Es increíble como algo tan bello, es tan vació y cruel al mismo tiempo.

Quizás me he vuelto inmune, o he perdido sensibilidad en alguna parte del cerebro. Me gustaría poder hablar del corazón u algún otro órgano del cuerpo, pero biologicamente lo he estudiado en varias oportunidades, y no encontré nada de amor por ahí.

Ojala fuera arena del desierto mi camino andado, al menos así podría ver huellas. Y así poder brindar, y sentir un poco de esa inocencia que hay al comienzo del camino.

Que me hablan de dolor ¿Que tipo de dolor es el mas doloroso? Porque la vida me ha mostrado varios caminos en los cuales hay dolor. Pero como no soy un perro, he vuelto a meterme una y otra vez en problemas.

Tengo en la punta de la lengua la palabra para esta vida. Tanta historia, tantas vidas, tanto dolor y tanto suelto sin sentido. Quiero leer un párrafo de esas cartas que tienen inocencia. Dejar de maldecir aquellos momentos que me enseñaron a ser como soy. Ser como creo que soy.

Lo más fácil de la vida, es lo menos complejo y mas instintivo. Ahí, en esa parte de la vida, de las vidas que puedo ver como si estuviera atrás de un espejo. La vida se ve vida, se ve simple. Un inicio y un final. Todo lo demás, es parte del medio de una vida. El medio que a casi nadie importa como lo vivas, porque nadie siente lo que sientes.

Esos genios, que odie y ahora me dan risa, cuanto me enseñaron. Maldigo con el puño cerrado aquellos momentos trágicos y cómicos, que a me liberaron de la carga. Aquella carta tan pesada que en tardes y noches, me dejaron intranquilo.

Tengo la palabra para definir la vida. Pero no la diré. Porque me duele darle poder al enojarme. Mi ira la controlaré una vez más. Pero le gano la pulseada, y la gano por gran amplitud. Cuando disfruto y me nutro de la inocencia. Porque la vida y sus reglas, a muchos no les llegan.

Es una ley, pero no es justa. Las reglas están presentes, y siempre hay un camino a seguir mientras sigan pendientes los respiros. Vivir es un acto de inercia.

Andrés Vancook